Las dietas ricas en grasas favorecen la formación de cáncer de hígado

14 julio 2013 | Noticias

  • Las dietas ricas en grasas producen alteraciones en la población bacteriana del intestino y daños en el ADN
  • El estudio, en animales de laboratorio, demostró que esto se cumple tanto en la obesidad causada por factores genéticos como alimenticios

las-grasas-y-el-higadoLas dietas ricas en grasas alteran la flora bacteriana del intestino y provocan mutaciones genéticas que a su vez favorecen la formación de un cáncer de hígado, según un estudio llevado a cabo en ratones que aporta nueva información sobre la compleja relación entre la obesidad y el desarrollo de tumores.

Las conclusiones de este trabajo, publicado hoy en la versión digital de la revista científica Nature, servirán en la búsqueda de estrategias más eficaces de prevención y tratamiento de los cánceres hepáticos, según explica el investigador Shin Yoshimoto, de la Fundación Japonesa de Investigación sobre Cáncer de Tokio (Japón), autor principal del artículo.

"La obesidad ha aumentado su prevalencia en la mayoría de los países desarrollados en las últimas décadas y cada vez más se reconoce como un factor de riesgo clave para varios tipos comunes de cáncer. Dado que la epidemia mundial de obesidad no parece que vaya a remitir, es urgente que comprendamos mejor los mecanismos que relacionan esta condición con el cáncer", afirmó Yoshimoto.

El experto japonés descubrió que una dieta rica en grasas altera la composición de la flora bacteriana que habita en los intestinos, lo que produce a su vez un incremento de la producción de un ácido biliar conocido como ácido desoxicólico, que causa daños en el ADN. Esta sustancia también promueve la secreción citocinas, un tipo de proteínas que inflaman el hígado. Con el tiempo, estos cambios desembocan en la formación de un cáncer hepático, el más letal tras el de pulmón y estómago, con más de 600.000 fallecimientos anuales en todo el mundo.
Se esclarece la incógnita de la ecuación

Los científicos saben desde hace años que las personas obesas tienen más probabilidad de padecer varios tipos de cáncer, pero aún se desconocen los mecanismos exactos por los que esta asociación tiene lugar. Hasta ahora, se habían esclarecido algunos factores de la ecuación, como que la inflamación asociada con la obesidad contribuye al cáncer de hígado, o que los billones de tipos de bacterias que proliferan en el intestino intervienen de alguna manera en el proceso.

En su trabajo, Yoshimoto y su equipo dividieron a los ratones en dos grupos, según el nivel de grasas que contenía su dieta. Los más obesos dieron positivo en un marcador indicativo de la presencia de un cáncer de hígado, mientras que el resto se mantuvo a salvo de la enfermedad. Sucesivas pruebas permitieron a los investigadores demostrar que tanto la obesidad genética como la derivada de una dieta rica en grasas promueven la formación de estos tumores.

Para tratar de revertir este proceso, los científicos probaron a bloquear la producción de ácido desoxicólico y a reducir la población bacteriana intestinal mediante un cóctel de antibióticos. En ambos casos, el resultado fue una ralentización en el crecimiento del tumor en los ratones estudiados.

Los resultados de Yoshimoto prueban que tanto el paciente como sus bacterias interactúan con el tumor, por lo que es necesario estudiar a ambos actores para comprender el proceso completo, según subraya en un comentario adjunto al artículo la microbióloga Suzanne Devkota.

"Con la aparición de nuevas pruebas de la relación entre los ácidos biliales y la aparición de ciertas enfermedades resulta crucial profundizar en cómo los microbios del intestino metabolizan estos compuestos y cómo las sustancias de desecho de ese proceso afectan al sistema gastrointestinal", resalta Devkota.

Por Cristina Gallardo – En Zoom News – junio de 2013 – Nota completa